miércoles, 18 de febrero de 2015

¿Peligro en las ciudades?

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Como ya hemos estudiado con los Derechos Humanos, dentro de la Tercera Generación se encuentran varios derechos sobre el medioambiente y no es muy difícil intuir que varios de estos derechos nos garantizan el derecho a un entorno libre de gases tóxicos, un lugar donde respirar sin problemas, ciudades y pueblos con ríos y mares libres de vertidos tóxicos, etc.


Durante muchos años la contaminación se ha basado en verter residuos tóxicos en mares y ríos lejanos a nuestras sociedades hasta que las aguas estuvieron lo suficientemente contaminadas para darnos cuenta. Aun que ahora ese no es solo nuestro problema. Siempre hemos pensado que la contaminación no llegaría a nuestras ciudades, pero finalmente lo ha hecho y de una manera más aterradora de la que pensamos.

La contaminación ha llegado a nuestras ciudades y nos empieza a afectar de forma imperceptible hasta que es demasiado grave y somos capaces de verlo. Grandes masas de diésel se han formado sobre las ciudades, cubriéndolas de una extraña capa amarilla que permanece con nosotros ya sea en invierno o en verano.



Pero lo que especialmente nos tendría que preocupar es el hecho de que una vez que sabemos estos datos, no estamos haciendo nada para resolverlo. Crear un modelo de un coche ecológico y sacarlo al mercado no hace nada. Las personas no van a comprar otro coche cuando el suyo ya funciona bien y menos en estos tiempos de crisis, y si alguien lo hace apenas sería un 10% de la población.

Necesitamos hacer más conscientes a los ciudadanos de los peligros a los que se exponen y a los que se expondrán sus hijos si la situación no cambia. Necesitamos crear grandes campañas a favor del uso del transporte público como el autobús o la bicicleta y crear facilidades al ciudadano que hagan que el uso de estos transportes sea beneficioso para ellos, y no les cueste más dinero o tiempo que el que normalmente gastarían usando el coche de forma individual, pero una vez más el ser humano es demasiado perezoso como para tratar de evitar algo que aún no es un peligro totalmente inminente.

 
 


Aún quedan años para que las posibles consecuencias de todos nuestros actos se hagan reales, ahora lo que tenemos que comenzar a decidir es si vamos a dejar que el tiempo pase esperando con los brazos cruzados y mirando a otro lado, o por si por contra vamos a reaccionar y vamos a tratar de hacer algo al respecto.

 
Autora: Marta Blanco 4º ESO A

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